martes, 29 de septiembre de 2009

UN INCISO II: MILLENNIUM

Aprovechando el mes de vacaciones decidí descansar de la literatura BDSM y dedicarme a otro tipo de lectura “más normalita”, así que me enfrasque en la lectura de la trilogía de Millennium de la que tanto había oído hablar. Qué decir de estos libros; que son un éxitos de ventas con película incluida, que seguramente los habrán leído miles de personas a lo largo y ancho del planeta y que por primera vez, oh!! Sorpresa me encuentro la palabra BDSM en una novela que la pueden leer desde mis hijos hasta mis padres.
Mi sorpresa llego en el primer libro de la saga, cuando describe juegos sexuales sadomasoquistas, por supuesto sin consentimiento de una de las partes, llevándolos al terreno de la violación sexual y la violencia física más extrema. Leyéndolo pensé que después de eso sería muy difícil intentar explicarle a una persona que practique el sexo vainilla el morbo que tienen unas esposas o el placer que puede producir un plug o tapón anal como lo llaman en la novela. Después de leer esa parte creo que queda claro que unas esposas y un plug son instrumentos de tortura y la asfixiofilia…eso ya es sadismo puro rayando en el intento de asesinato. En resumen que las personas a las que les gustan esos juegos y hacen uso de esos “juguetes” son poco más que asesinos descerebrados y violadores psicópatas.
El segundo libro, en la línea del primero, con la salvedad que el final te deja a medias y no tienes más remedio que salir rauda y veloz para adquirir el tercer y último volumen y así poder saber cómo continua la historia.
El tercer libro es lo mejor, cita al menos en tres ocasiones el término BDSM (páginas 76,299 y 762), incluso en la primera de ellas da la definición de las siglas para que a todos nos quede claro que esas siglas se refieren a sadomasoquismo, inmovilización y Dominación, eso sí, en ningún momento hace referencia al consentimiento, al placer, a la entrega, ni a ninguna otra cosa parecida. Cito textualmente un párrafo de la pagina 299 en la que se refiere a la protagonista como: “una paranoica y violenta lesbiana que se dedica al satanismo y al sexo BDSM”.
En fin, que después del éxito mediático de estos libros esta “el patio” como para “salir del armario” y comentarle a algunas de mis compañeras de trabajo (que me consta que muchas de ellas han leído las novelas) que practico BDSM, seguro que acto seguido me regalarían unas vacaciones en una habitación acolchada de alguna clínica para enfermedades mentales.
Y yo que pensaba tener unas vacaciones tranquilitas con lectura normalita. Las próximas vacaciones las dedicare a Mortadelo y Filemón.